Otro beneficio significativo es la mejora en la liquidez de activos que antes eran difíciles de manejar o vender rápidamente, como propiedades inmobiliarias o préstamos privados. La fragmentación en tokens digitales permite fraccionar estos activos en partes pequeñas, facilitando su compra, venta e intercambio en mercados secundarios globales con rapidez y transparencia total.
Además, la tokenización fortalece la trazabilidad y la auditoría en tiempo real. Gracias a la tecnología blockchain, cada token y su historial de propiedad quedan registrados de forma inmutable, lo que proporciona confianza y reduce el riesgo de fraude o manipulación. Esto resulta especialmente valioso para reguladores e instituciones financieras.
La automatización vía contratos inteligentes también reduce los costos operativos y los intermediarios, agilizando procesos como pagos de dividendos, distribución de ingresos o cumplimiento normativo. Asimismo, la integración con sistemas de identidad digital y oráculos inteligentes facilita la verificación automática de KYC/AML, aumentando la seguridad del ecosistema.
Finalmente, el aumento en la eficiencia y la inclusión financiera impulsada por la tokenización abre un panorama prometedor para la inversión sostenible y la financiación de proyectos con impacto social y ambiental, al permitir que más participantes accedan a capital en activos reales diversificados.